Una guía para el profesional independiente
La Agencia Tributaria ha intensificado su enfoque en las revisiones fiscales. Especialmente aquellos autónomos que presentan grandes sumas de ingresos en efectivo o aquellos con inconsistencias evidentes en sus declaraciones. Si eres autónomo, es crucial que estés informado para evitar sorpresas desagradables.
Las razones más comunes para una inspección son:
- Desbalances entre Ingresos y Gastos: Si tus declaraciones muestran gastos recurrentes que superan tus ingresos, Hacienda podría sospechar. Mantener la declaración de pérdidas por largos periodos puede llamar su atención.
- Inconsistencias entre Declaraciones: Si hay discrepancias entre tus declaraciones trimestrales y la anual, podrías estar en el radar. Afortunadamente, si cuentas con un buen asesor, los programas contables suelen hacer estos ajustes anuales.
- Retraso en las Declaraciones: Procrastinar tus obligaciones fiscales puede costarte caro. Las declaraciones pendientes pueden desencadenar requerimientos, sanciones e intereses.
- Solicitudes de Reembolso de IVA: Un reembolso considerable puede hacer que Hacienda quiera comprobar su validez.
- Registro Intracomunitario: Aquellos que solicitan un NIF intracomunitario a menudo son revisados al comienzo de sus operaciones.
- Sociedades Inactivas: Si tienes una sociedad inactiva y posteriormente creas nuevas empresas con los mismos socios y dirección, Hacienda podría intervenir, especialmente si hay deudas pendientes.
Y, como dato adicional, Hacienda ha aumentado sus inspecciones en aquellos negocios con ingresos predominantemente en efectivo, dado que estos suelen ser más difíciles de rastrear.
Entonces, ¿qué hacer si eres inspeccionado?
Primero, no entres en pánico. Atiende la notificación en el tiempo estipulado y, si es necesario, presenta los documentos que la AEAT requiera. Si no cumples, Hacienda procederá basándose en la información que posea, y esto podría no favorecerte.
Recuerda siempre mantener un registro claro y transparente de tus transacciones. Es la mejor manera de estar preparado ante cualquier eventualidad fiscal.
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